viernes, 22 de noviembre de 2013

Día 22: Las mayores porquerías que has comido en una sesión

Vamos allá con una nueva entrada de este nuestro particular Desafío de los 30 Días. Este tema no da para entradas largas, pero sí para un gran montón de anécdotas que yo no podré superar.

En nuestra mesa de juego somos muy sibaritas; comemos las cosas más típicas que un rolero medio podría echarse a la cara: patatas fritas, galletas de chocolate, patatas fritas, galletas de chocolate. Todo ello aderezado con sucedáneos de nombres diferentes pero significancia calórica similar. Sin embargo, a veces tenemos una jugadora en la mesa a la que se le da cocinar de maravilla, y nuestros alimentos se tornan de una categoría superior. Dicho así, no pueden enmarcarse dentro de porquerías, sino de bendiciones hechas con amor y calidad reposteril de un sabor inmaculado. Galletas, tartas y otros similares. Cuando ella juega, nuestra propensión a ganar kilos de forma algo más equilibrada aumenta exponencialmente.



Por mi parte, con la dieta que sigo ahora solo como bocadillos de atún y más bocadillos de atún. A veces, caña de lomo. No se puede considerar porquería, aunque me como también parte de esta. Creo que lo más estrambótico que puedo comentar son las navidades. En las mismas nuestra mesa está poblada de unos polvorones blancos así grandes, de estos que caben en la palma de la mano de una criatura de tamaño mediano. Son como pequeñas bolas más densas que un Palantir. Nosotros, como somos algo hardcore, nos la comemos a lo Carisma 16, sin agua ni nada. No hay que añadir mucho más: esa sustancia se te adhiere al paladar, la garganta y se queda ahí constriñendo cualquier intento de transporte hacia el estómago. Te chupan hasta el alma, dejándote sin fuerzas. Cuando las ingerimos, somos conscientes que habrá de pasar un cuarto de hora en el que el Máster deberá preguntarnos e indicarnos directrices con respuestas Sí o No que podremos elaborar con un simple gesto de nuestra cabeza sin más.


Y creo que no se me escapa nada. De no ser así, mis jugadores se encargarán de recordármelo, y yo de exponerlo en esta entrada. Tengo muchas ganas de ver la gastronomía rolera nacional, a ver si pillo un par de recetas interesantes para ofrecer en nuestra mesa de juego.

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