viernes, 28 de septiembre de 2012

Crónicas: unas primeras LES


Siempre hay una primera vez para todo. En el caso que nos ocupa, se trataba de mi primera visita a las Ludo Ergo Sum (LES), jornadas roleras y de juegos de mesa organizadas en Madrid y con cierto renombre, además de un objetivo solidario. ¿Qué más se podía pedir? Una semana ha pasado desde su celebración, y a estas horas hace siete días, ya estábamos dando vueltas por Alcorcón.

Nuestra expedición de nombre Tierras de Fantasía la conformaban cuatro individuos: Jose, Carlos, Juanma y yo. Los otros tres son roleros de pro, aunque no tienen una presencia virtual en la rolesfera, pero escucharon sabiamente mis consejos sobre qué juegos podían ir disfrutando durante el transcurso de las jornadas, y es que al final nos separamos para jugar diferentes partidas y concluimos en la misma el domingo por la mañana, justo antes de irnos.

El viaje comenzó como todo buen viaje sin GPS y marchando a Madrid: nos perdimos en su entrada y estuvimos una hora dando vueltas por M-30, M-40, A-X donde X es cualquier número del 1 al 5 hasta que una buena tirada de Percepción por mi parte nos condujo a cierta gasolinera donde nos alumbraron el camino. Dispuestos con todo, llegamos a Alcorcón y comenzamos la ronda de preguntas para llegar a un lugar cuyo nombre concreto desconocíamos: LES no tenía ningún significado para nadie, inclusive taxistas, y no vimos ningún cartel del evento por las calles a recorrer. Finalmente, optamos por usar el comodín de la llamada y ya enfilamos al Pabellón M-4 o como quiera que se llame, en la calle Robles. Aparcamos y nos dispusimos a entrar. Habían sido 7 horas de viaje y nosotros teníamos hambre de rol. Antes de ello habíamos dejado a nuestro compañero Juanma en un lugar perdido de Alcorcón para que se buscase la vida para llegar a la estación, pues tenía que ir a Madrid.


Aquí los héroes llegando

El viernes por la tarde el día estuvo tranquilo. Nos sorprendió mucho el pabellón de las jornadas, pero más aún su disposición: entrada con registro de asistentes y venta de bebidas, seguido del mercadillo y ludoteca. Todo lo relacionado con la organización lo primero, como debe ser. A continuación en un solo lado se colocaron las tiendas, todas ellas de enorme variedad de productos que vaciaron mis bolsillos. Estos dos espacios rodeaban el recinto en sí, que tenía un enorme abanico de mesa para juegos de tablero, wargames y, al final, las mesas de rol. Un acierto de la organización fue asignarnos un número para no ir diciendo nombres todo el rato, y otro acierto fue numerar las mesas, facilitando a todos la localización de las partidas. Porque sí, el primer día no serían muchos, pero el sábado fue increíble. Además, las editoriales Holocubierta y Sombra tenían sus stands más cerca, algo coherente y bien pensado. Esta primera tarde iba con idea de La Puerta de Ishtar, pero ni viernes, ni sábado, ni domingo. Lo de Rodrigo, su autor, es impresionante: ha generado un enorme hype bien argüido a su juego (una vez medio leído la versión final, no es para menos) y este se vio compensado en la enorme cola que había para jugar sus partidas. Espero que aquellos que no fuesen mecenas sí se vieran atraídos por la adquisición del mismo. Frustrado mi objetivo, me dirigí a Revólveres y Ocultistas pensando que sería su autor quien narraría, pero finalmente no pudo asistir y sería un amable organizador quién nos montó la partida a tres jugadores. Mis dos compañeros eran roleros de jornadas, aprovechando estas para jugar todo lo posible. La verdad es que la partida no invitó mucho a la interpretación y sí a probar el sistema, y camaleónico que es uno, se dedicó a ello mismo mientras jugábamos una de las aventuras publicadas para el mismo. El sistema convence aunque su punto fuerte es la ambientación, sin lugar a dudas. Finalmente, contento con el resultado y con el manual que me llevé gracias a la organización (y a mis compañeros, que tuvieron a bien de cedérmelo y no echarlo a suertes) fui hasta donde se encontraban Jose y Carlos jugando a El Anillo Único, que les convenció en cuanto a sus sistema y que trajo multitud de anécdotas graciosas. 


Foto del pabellón

En ese momento, buscamos a Jacobo, quién venía de trabajar en Mijas (acudo a todos los poderes omnipresentes para que doten a este ser del poder Polilocalización o, en su defecto, Teleportación), y nos condujo ya en carretera a ese pequeño pueblecito de nombre El Espinar, donde surgieron las entrañas de Carne y con el que pudimos deleitarnos de muchas conversaciones durante todo el fin de semana de índole rolera y no, que tanto me han gustado y más aún echo de menos. Él y Sonia nos acogieron como hijos (qué bien podrían pasar alguno como eso mismo) y fueron lo más importante del fin de semana: sin ellos, muchos de los mejores recuerdos, simplemente, no habrían tenido lugar. Me siento profundamente agradecido por el esfuerzo que han hecho y por toda la atención que nos han dado. Me reiteraré en mis gracias una y otra vez.

Volviendo a dónde estábamos, andamos un rato parlando y luego nos fuimos a dormir, cansados. El sábado fue un día súper movido: nos acercamos a las LES y comenzamos a adentrarnos en las partidas a escoger: yo opté por Z-Corps mientras Jose jugaba Aventuras en la Marca del Este y Carlos El Reino de la Sombra. Todos ellos grandes juegos, sin duda alguna. Mis dos compañeros salieron muy contentos de su partida, especialmente Jose, que manejaba un clérigo si mal no recuerdo y que no había jugado nunca una fantasía medieval al estilo old-school, quedando gratamente sorprendido por las virtuosas descripciones de Pedro Steinkel, como literalmente me transmitió. Personalmente, disfruté de una mesa con grandes jugadores en las que pasamos un rato muy bueno en cierta universidad de Vermont en la que durante una conferencia se lía parda vía infectados. JMPR (usaré las singladuras blogueras para conocidos) nos permitió hacernos las fichas (se hacen en un momento) y todos escogimos ser pintorescos estudiantes de diferentes especialidades, en mi caso una mole de 130 kg y 180 cm de peso, perteneciente a organizaciones filonazis y ultrapatrióticas. Finalmente, ninguno acabamos mordidos o muertos, pero es cierto que tuvimos una suerte apabullante. Para el recuerdo muchas anécdotas desternillantes y un sistema que funciona perfectamente y casa aún más con la propia ambientación.


Instantánea de Z-Corps

Después de esto comimos y nos dedicamos a pasar un rato con unos amigos onubenses que vinieron a saludarnos y que estudiaban en Madrid. Aprovechamos algunos para hacer compras y luego, una vez comenzaron las partidas, nos fuimos a cada una de nuestras mesas. Juanma y yo marchamos a Ufos&Uzis mientras Jose y Carlos jugaban al lado a Pentagon. El insigne Terrax dirigió la partida de su criatura, todavía en una fase preliminar y de testeo. Nuestro objetivo como miembros de la Agencia era infiltrarnos en un laboratorio  y descubrir a la vida extraterrestre, capturarla y erradicarla. A ello nos dedicamos mientras yo me quedaba asombrado con el sistema y las magníficas ilustraciones que el Máster nos enseñó. El arte interior promete bastante para este juego. Como iba diciendo, me encantó el sistema de tiradas. Soy un enamorado del d20 y la enorme aleatoriedad que da a sus juegos, pero Terrax ha conseguido anular gran parte de esta para disponer un juego en el que las batallas son más estratégicas de lo normal y permite una mayor versatilidad ante el método pego-fallo-pego-doy. Me convenció bastante el trabajo y seré, sin duda, fiel seguidor de sus avances. Y es que una ambientación tan personal no puede dejarse escapar a la ligera.

Tras ello, nos volvimos a casa de Jacobo, donde cenamos unas pizzas jodidamente ricas y jugamos un rato a Chill, haciendo este de Máster y adaptando una aventura publicada en Fanzine rolero. Lamentablemente no pudimos acabarla, pero estoy seguro que más tarde o temprano la continuaremos, sin duda alguna.

El domingo por la mañana nos levantamos y salimos de tierras segovianas rumbo a las LES. Esta mañana habíamos pactado los tres jugar una partida juntos, y dio la casualidad de haber dos plazas libres en Omertá. Hablamos con el Máster y, sin problema alguno, pudimos jugar los tres la que para mí fue una partida inolvidable. Tengo que destacar la estupenda labor narrativa de Juan Emilio (espero no equivocarme con el nombre), que nos sumergió sin apenas dificultades en la ambientación, con interpretaciones dignas de recordarse. En este sentido, nuestra misión consistía, como banda al servicio de un capo, de rescatar al hijo de este, en manos irlandesas y, de paso, llevarnos todo el dinero del garito que habían montado. En mi caso me quedé con Jeff “El Negro”, líder de la misma que hubo de claudicar con todo tipo de personajes a mi alrededor que conformaban un grupo cuanto menos curioso. Hubo disparos, pifias, risas y todo lo necesario para que una partida de jornadas fuese perfecta. Del bienhallado BRP mejor no hablo; baste decir que me compré el manual sobre la marcha una vez acabada la partida.


Omertá. Jose y Carlos frente al Máster. Yo exactamente a la derecha de este.

Una vez acabada, y sin pararnos a comer siquiera, nos despedimos con nostalgia del evento y fuimos a darle un último y muy emotivo hasta otra a nuestra familia de acogida. La verdad es que a más de uno se nos atragantaron las palabras. Recogimos al cuarto compañero, Juanma, quién se había hecho con un Haunted House con la intención de ser su primer juego a narrar, y nos alejamos de Madrid por un camino equivocado que nos llevó a Toledo, donde disfrutamos de un paseo por sus medievales calles, y luego poco antes de llegar a la frontera con Ávila, donde rectificamos y pusimos camino a Huelva.


Pose épica toledana

Las jornadas gozaron de una afluencia de pública apabullante (mil y pico personas, si mal  no recuerdo). Contando con que cada una de estas pudo ir más de un día, no es necesario hacer muchas cuentas para doblar este número en asistentes totales. El sábado fue brutal: multitud de personas copando mesas de rol, de juegos de mesa, sin sillas, la gente fuera disfrutando de partidas improvisadas…y lo mejor de todo, llevado a cabo con una parsimonia y elegancia que en ningún momento se notó como algo improvisado o que obstruyese a los asistentes. El esfuerzo coordinativo entre los propios organizadores es dignísimo de mención, y no me queda más que aplaudirles por tal hazaña. Hubo una enorme oferta de partidas de rol diferentes, muchos autores presentando sus propios juegos, un ambiente familiar y una disposición por parte de todo el mundo que me chocó positivamente. Anoté muchas cosillas a tener en cuenta cara a organización de jornadas, y aprendí tanto en mi perfil rolero como presidencial. Los camisetas naranjas iban a buscarte para ver si necesitabas refrescos o comida, y ello facilitaba mucho el disfrute de los jugadores sin necesidad de andar de un lado para otro. Las actividades se dieron en los horarios previstos y se permitió a los organizadores externos un elevado grado de independencia, lo cual es siempre algo a aplaudir.

Como nota a hacer algo diferente, quizá vi pocos torneos de juegos de mesa programados para la cantidad de gente que hubo. No creo que hubiese supuesto un hándicap aumentar el número de estos y permitir una mayor afluencia de competidores cara a disponer de más ingresos, es decir: a sabiendas de que son unas jornadas solidarias ¿y sí se cobrase por los torneos 1 euro? No lo veo algo negativo y sí a tener en cuenta para los organizadores (al menos lo expuse por allí). A su vez, realizar algún ReV en el parque aledaño o las pistas de fuera también supondrían un mayor abanico de actividades, aunque no depende exclusivamente de la organización. En definitiva, ampliar el repertorio de la oferta suele incidir en un mayor dinamismo para los visitantes, pero insisto en que nada faltó o fue carente en un evento para mí de sobresaliente, aun contando con una falta de mayor ventilación que se hizo patente en mayor medida el sábado tarde. Pequeñas tonterías de alguien que quiere dar alguna crítica constructiva, pero que no suponen un problema porque el año que viene, de darse la posibilidad, repetiré de nuevo con más ganas incluso.


Una última foto con nuestro principal "benefactor"

Por último, pude hacerme con un par de suplementos saldados de D&D, dos aventuras de Sword&Sorcery que no estaban en mi colección, un ejemplar de Cristales de Bohemia, el Omertá, una fantástica camiseta y varios dados que adjuntan mi colección. Unas compras que son secundadas por un ambiente tan magnífico, por la posibilidad de conocer de cerca a personajes de la rolesfera, por las partidas de tanta calidad y por darme la opción de pasar un fin de semana cojonudamente bueno. He dicho.

martes, 25 de septiembre de 2012

Una bienvenida tradicional

Después de mucho tiempo pensándolo, me he decidido a crear un blog de alcance personal. Quiénes me conozcan de antes, sabrán que ya llevaba tiempo dándole vueltas. A los que no, baste decir que he sido el principal aportador de artículos al blog Tierras de Fantasía, el cual usé durante mucho tiempo como plataforma personal. Creo que, en cierta medida, tomé como presidente que era (y soy) la responsabilidad moral de enfocar el blog hacia una vertiente más difusora, cosa que al final no conseguí, y aquello era un patiburrillo de opiniones, entrevistas, y cosas varias que me interesaban principalmente a mí.

Tras meditar esto y consultarlo con compañeros y demás, estos me animaron a seguir construyendo mis ideas a través de Tierras de Fantasía, pero yo no lo veía claro. Otra vertiente, la más alejada de mis circunstancias personales, me incidía en la pronta necesidad de separación entre mis propias ideas e intereses y los de la asociación. Diablos, en realidad tenían mucha razón. Yo sentía que tenía más o menos que decir, pero había algo. Y ese algo era personal, intransferible y alejado de las propias circunstancias que acompañasen al devenir de la entidad que presido. Por ello, y como ya se anunciaba en dicho blog, a partir de ahora Tierras de Fantasía pasaría a ser exclusivamente un espacio de carácter informativo, difusor de las actividades de la asociación y expuesto a colaboraciones temporales de algunos socios y allegados. Y yo me quedaba ahora con la libertad necesaria para tomar una iniciativa propia. En un inicio me planteaba si tendría lo suficiente para contar, y nada más plantearme ello, caí en la cuenta que daba igual si lo tenía o no, pues para eso era un espacio en el que podía decir lo que me diese la real gana.

Así nace Memorias de Astinus, con la pretensión que cualquier rolero pone en su blog: libertad para escribir sobre lo que le apetezca. Muchos llevan a cabo una programación dispuesta de sus artículos, y realizan secciones y cuestiones varias. Tal es mi deseo en un futuro, pues soy persona metódica por naturaleza y antes o después tomaré ello con más o menos fidelidad. Tengo claro que dispondré de un artículo semanal mínimo, y que esto no será un espacio para contar noticias, pues ya hay otros blogs que lo hacen estupendamente. Lo que subyace en el título es, simple y llanamente, contar cosas. Unas veces serán reseñas, otras entrevistas, otras artículos de opinión, y quizá algún tipo de serial sobre un tema concreto. No lo tengo claro. De hecho, tampoco tengo claro hasta cuándo va a durar esto. 

Solo espero que el tiempo que sea merezca la pena leerme. Naturalmente, para cualquier tipo de cuestión me tenéis en astinus.1988@gmail.com o, si es vía Tierras de Fantasía, en tierrasdefantasia@gmail.com Nótese este blog como el blog de Sergio, no el blog de mi asociación. Es complicado a veces rellenar un espacio sin alterar otro, pero prometo intentarlo, que no es poco.

Hala, todo queda dicho. Bienvenidos todos a otro espacio más que pretende ser, como es la rolesfera, un espacio independiente de la dependencia.